En
un salón grande donde las paredes están forradas de espejos, donde por piso se
tiene una duela de madera y suena una canción de piano que recrea imaginariamente
la cantina de alguna película del lejano oeste, nueve señoritas vestidas con su tutú rosado, encarnan lo que a
sus escasos 15 años representa uno de los mayores retos de su vida: el baile.
Las
nueve chicas, de complexión delgada, asisten periódicamente a la Escuela
Nacional de Danza “Morena Celarié”, la que fue fundada en 1951 y está centrada
en desarrollar, promover y difundir la danza en nuestro país, actualmente forma
parte de la Dirección General de Formación de Artes, la que a su vez pertenece
a la Secretaria de la Cultura de la Presidencia.
Su
directora, Fátima Calderón Alfaro, mencionó que “la escuela tiene como
principal objetivo identificar a niños y jóvenes que posean habilidades corporales
y actitudes adecuadas para desarrollarse en las distintas danzas especializadas
que se ofrecen en ella”.
Fátima
Calderón, reconoce que “la disciplina, atención y concentración son factores
importantes para todos aquellos que deseen adentrarse a este mundo de la
danza”, afirmación que va respaldada de su reputación al haberse graduado como
bailarina profesional en Cuba y su basta experiencia en el baile.
En
sus inicios, la escuela tenía que exportar a los maestros de baile que
instruían a los alumnos, tal es el caso de una maestra francesa que tuvo que
venir a El Salvador para enseñar la Danza Clásica, logrando con ello entre las
décadas de los 50 y 60 formar un elenco
con bailarines de mediana y gran experiencia en el baile.
Pese
a existir en Europa un perfil físico estipulado para los bailarines, con las
condiciones existentes en Latinoamérica, la danza se fue adaptando para
considerar los cambios de la anatomía latina, como la altura, las caderas, pero
igualmente en cualquier lugar del mundo lo que todos los que incursionan en el
arte deben poseer es ritmo.
Actualmente la Escuela Nacional de Danza cuenta con 460 alumnos de todas las edades, el menor de ellos cuenta con 5 años y pertenece al nivel de pre danza y el de mayor edad tiene sobre sus espaldas siete décadas, lo que evidencia que la práctica de la danza es abierta para todo el que desee.
De
los 45 grupos en los que están divididas las clases, en los que incluyen cursos
libres y regulares, se ha identificado que la pre-danza y la danza creativa son
las variantes más solicitadas y que tienen mayor demanda, por ello es que son
impartidas a lo largo de la semana.
Pasión
y movimiento, son las palabras con las que la directora de la escuela resume la
danza y todo lo que su práctica conlleva y que ha sido estandartes para que los
bailarines nacionales Marta Castellón y Oscar Moreno, pudieran sobresalir hasta
fuera de nuestras fronteras, logrando pertenecer a compañías de bailes
nacionales e internacionales.
Ambos,
fueron formados en las filas de la escuela Celarié y tuvieron que prepararse
durante los ocho años que contempla la curricula del centro de arte, pero todo
ello les ha servido para poder ser reconocidos y admirados en el extranjero,
siendo Oscar uno de los más cotizados en México, inclusive otros fungen como
maestros de danza.
La
escuela pretende que sus maestros sean multiplicadores de los métodos de baile
en todo nuestro territorio y en los espacios posibles, puesto que la danza es
una expresión artística que muchos conocen, algunos admiran y otro grupo más
reducido practica.
A
corto plazo, la escuela pretende ejecutar una capacitación, para hacer una
revisión de la metodología cubana, que es la que se emplea en sus clases para
enseñar el ballet y la danza contemporánea, lo que significará elevar el nivel
de los estudiantes y continuar preparándolos con mucha técnica y calidad.
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