Hace un par de décadas, hace más de medio siglo, en el departamento de Morazán, en la zona oriental de nuestro país, se conocieron dos personas, que posterior a una unión que duró más de sesenta años y que fue cortada por el rompimiento de la promesa de “hasta que la muerte nos separe”, inició la historia de la que se desprendieron siete descendencias, y que una de ella fue parte primordial para que su servidor pueda escribir estas palabras.
En el municipio de Corinto, doña Florencia con 17 años de edad y con la belleza oriunda y poca maliciosa que caracterizaba a las niñas de descendencia humilde, fue visualizada por los ojos de Tomás, que llegó al lugar con un grupo musical, al cual le aportaba su talento y destreza con la trompeta, el mismo que le retiró al instalarse en el lugar para entablar una familia con la joven de belleza natural.
Unas palabras breves, tímidas, hasta se podrían decir que cortantes, fueron los primeros resultados del acercamiento de Tomás, que con el paso de los días fueron cambiándose por interminables conversaciones a las orillas del rio que fueron propiciando que la relación se fuese consumando.
Con la inocencia e ingenuidad propia de las muchachas de la época, al tomarse de las manos se creía que corrían el riesgo de quedar embarazada, creencia que fue por medio de la práctica desvirtuada, sin embargo fue transmitida a sus descendencias.
No toques una aguja cuando estés en la “dieta” del embarazo, no barras, ponerle la avellana al bebé, un hilito mojado en la frente cuando tiene hipo, son algunas creencias que se han perpetuado con el paso de las generaciones.
Florencia lleva una década fallecida, dos mas tiene Tomás de haber dejado este mundo, sin embargo, las historias que contaban a mi madre, y que ella me contó a mi y que yo contaré a mis hijos y que posiblemente mis hijos le contaran a mis nietos, se mantendrán por varias generaciones, algunas sufrirán variantes, otras serán abolidas, nuevas serán contadas, pero la transmisión de la información y los cambios de las épocas darán pie a continuar con este legado de nuestros padres que fueron dejados por nuestros abuelos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario